APROVÉCHATE DE SER MARGINADO
Sábado por la tarde, estoy aparcado en doble fila en la puerta de un bazar oriental, junto a un hipermercado esperando a mi mujer.
Mi vehículo no molesta a nadie, pero no me gusta estar así y quiero irme cuanto antes. Un automóvil aparcado en la puerta del hipermercado, es zona prohibida y estorba a los coches que acceden al parking.
Descienden cuatro hombres de una etnia diferente a la mía. Entran en el hipermercado, hay cámaras, pero no aparece nadie a recriminarles su actitud. Los coches que entran en el parking han de esquivar el vehículo haciendo una difícil maniobra.
Veinte minutos después nos vamos, el automóvil continúa igual. Quiero ser como ellos; poder aparcar en zona prohibida sin miedo a que me multen, tener un salario social, ayudas para la vivienda, para la escolarización, para la educación y que nadie pueda hacer chistes sobre mí.
Quiero que la sociedad se sienta en deuda conmigo solo por el hecho de existir. En mi caso, yo estoy en deuda con la sociedad. Pero nadie me regaló una casa cuando la necesite, ni me dio un trabajo cuando estuve en paro, ni una ayuda social, ni me ayudaron en mi educación o cuando tube de comprarme un coche.
¿Porque a ellos sí y a mí no? Hemos pasado de una discriminación negativa a una positiva, y yo quiero tener sus mismos derechos y privilegios.