LA INVASIÓN DE LOS CICLISTAS
La proliferación de ciclistas está alcanzando niveles exasperantes. Montañas, senderos, cumbres escarpadas, aceras, carreteras, paseos peatonales.
En todos ellos te cruzas con ciclistas a elevadas velocidades a los que no se puede reprender en absoluto por su imprudencia.
El principal monte junto a Bilbao es el Pagasarri, con una altitud de 673 metros sobre el nivel del mal. El ayuntamiento ha colocado señales en las pistas que llevan hasta su cima que prohíben circular en bicicletas a más de 15 Km/hora.
Solo la mitad de las bicicletas que circulan cumplen esta norma y son las que suben, todas las que bajan lo hacen a mucha más velocidad de la permitida. Apenas los ves y un instante después pasan a tu lado como un rayo.
Lo que antaño era una agradable ascensión, se ha convertido en un peligro que te obliga a una atención constante a unos ciclistas a los que, igual que los que circulan en pelotón por carretera, carecen de la mínima empatía hacia los que les rodean.
Hemos idealizado y aupado a un pedestal a todos los ciclistas hasta hacerles unos seres egoístas y ególatras.
Lo que aun no entiendo es porque van vestidos entre una mezcla de payasos de circo y extraterrestres… O porque barrigudos cincuentones lucen orgullosos sus ” Michelines ” en sus ajustadas mallas y maillots sin el más mínimo sentido del ridículo … Tampoco entiendo porque no se les obliga a que lleven un TIMBRE y una luz permanente delantera… Así cono DOS espejitos retrovisores… A lo mejor es porque consideran que son complementos para los triciclos de los niños y ” Hace feo ” en sus ” Espectaculares Naves espaciales “
La verdad es que no me había parado a pensar en el tema de la vestimenta y de los complementos, pero viéndolo ahora creo que todo ello da para otra carta o para un par mas.
Lo que yo veo exasperante es la escasez de km de bidegorris en Bilbao y, en general, en Bizkaia. Existen planes de hace 20 años para multiplicar la red de carril-bici en la ciudad y entre municipios y sólo se ha cumplido un 30% de lo previsto .
Se ensanchan aceras, se peatonalizan calles, se crean súper-autopistas, pero no aumenta la red de carril-bici ni aparcamientos específicos.
Ha aumentado el número de ciclistas y aún estamos en cifras bajas en comparación con ciudades tanto a nivel estatal como europeo. Pero la infraestructura para circular sin duda está a la cola del resto de ciudades. Hay sitio para todos, en la ciudad y en el monte, juntos pero no revueltos.
Muy acertadas palabras Magda. Sin lugar a dudas una de las principales causas de este problema de convivencia es que efectivamente el aumento del número de ciclistas durante estos últimos años no ha venido acompañado de vías específicas para ellos donde puedan circular seguros. Es labor de las instituciones públicas el hacerlo, aunque no he visto que se hablase de ello en ninguno de los programas políticos de las últimas elecciones. Quizás deberíamos indicarselo.