MANUEL MAZARREDO MAZARREDO
LA REALIDAD SUPERA SIEMPRE A LA FICCIÓN
(Bilbao 27-05-1807 – Madrid 03-02-1857). Político, militar y nieto de José de Mazarredo Salazar.
Combatió en la primera Guerra Carlista; Jefe de Estado Mayor de Espartero y luego del de Reserva de Narváez. Jefe divisionario de infantería en la acción de Torrejón de Ardóz de 1843, donde tropas de Espartero al mando del general Seoane se enfrentaron a las de Narváez, para conseguir la Jefatura del estado.
En 1844 fue ministro de la Guerra, y organizó la Guardia Civil, creada por su iniciativa mediante Real Decreto de 28-03-1844. Nombrado senador vitalicio, y en 1845 Capitán General de Castilla la Nueva. Fue nuevamente ministro de la Guerra en 1847.
En 1854 fue desterrado por su actitud política y marchó a Francia de donde regresó al poco tiempo, para fallecer en Madrid.
No sé qué sorprende más, que un bilbaíno sea fundador de la Guardia Civil, que sea nieto del mejor marino español de su época o el ostracismo al que ha sido sometido. Imagino fue personaje molesto para la Guardia Civil en los años duros de ETA y siempre lo será para el nacionalismo vasco, por ser bilbaíno y creador de tan mítico cuerpo.
Si, muy curioso, y desconocido, tanto este bilbaíno de interesante vida, como el dato sobre la Guardia Civil.
Y efectivamente, personaje molesto para el nacionalismo vasco, a los que estas cosas enmarcadas en ” La memoria histórica “, les dan mucha dentera
¿ Y a la Guardia Civil ?, pues puede que tampoco les haga mucha gracia.
Y por eso NUNCA tendremos en Bilbao una calle dedicada a tan importante bilbaíno, y nunca la Guardia Civil, como muestra de respeto y en homenaje a su fundador, pondrán, por ejemplo, a la Comandancia de la Guardia Civil situada en la Plaza de La Salve de Bilbao, el nombre de ” Comandancia de la Guardia Civil Don Manuel Mazarredo Mazarredo “.
Pero bueno, yo, como bilbaíno, y enterado ya de la vida y milagros de Don Manuel, algún día que ande tomando vinos por Abando me tomare uno a su salud, por bilbaíno de Pro, y por, parece ser, caer mal a casi todos. Y eso, que ya dice mucho a su favor, hay que mojarlo
Efectivamente no hay mejor homenaje posible que un brindis en memoria de la persona ausente.