IDEALIZACIÓN DE LA ESTUPIDEZ
Una teoría afirma que todos los directivos son unos incompetentes.
Son buenos en puestos inferiores y van ascendiendo hasta el puesto en el que ya no lo son, y ahí se quedan, sin promocionar más.
En política hace tiempo que sucede lo mismo. Los políticos van ascendiendo dentro de su partido hasta puestos para los que no sirven, y ahí se quedan. Y los planteamientos que hacen los partidos, son acordes con estos dirigentes mediocres.
Son como un equipo de fútbol, que se limita a defender el empate a la espera del fallo del contrario. Como el tenista que espera en su campo el fallo ajeno, limitándose a devolver los golpes de su rival.
Sin proponer nada nuevo, sin arriesgar lo más mínimo, sin buscar con fe ciega la victoria, porque en el fondo saben que no la merecen.
Con motivo de las próximas elecciones, la mayoría de las personas que me rodean, me confiesan que no creen en el candidato al que van a botar, ni en su partido, pero “es el menos malo de los existentes”.
Hay que decirles que eso ya no es suficiente.